Hace algunos años, en un pueblo donde aprendí a mentir,
con su Iglesia y sus rebaños, su placita y sus viejas con mandil.
Yo iba desarmado, sin saber lo que duele ser feliz,
tú ibas a mi lado, hacía frío esa noche en el cine Abril.
Yo llevaba granos, tú por primera vez los labios con carmín,
yo tan despistado, tú que nunca parabas de reír,
recuerdo aquel verano, al final nos dejó su cicatriz,
tú hablabas con los gatos y escribías poemas en el tejado..
Cuéntame al oído el argumento del amanecer,
que los protagonistas de la pantalla no nos pueden ver,
ahora que estamos solos, vamos a interpretar nuestro papel,
que se acerca el otoño y en Madrid las estrellas no se ven.
Tú volabas alto, llevabas puesto perfume de mujer,
yo estaba callado como un soldado el primer día de cuartel,
tú querías el mundo, para mí el mundo terminaba en tus pies,
quedarme mirando si escribías poemas en el tejado..
Y si se apagan las luces, sí se enfrían las manos..
Tú bésame, cuando se apaguen las luces ya no hay nada que temer..
Después de aquellos años, cuando volví a aquel pueblo descubrí
donde nace el desengaño, y que habían cerrado el cine Abril,
y pregunté en las calles ¿dónde está aquella chica del carmín
que hablaba con los gatos y escribía poemas en el tejado?
Luis Ramiro
miércoles, agosto 09, 2006
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